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Dr. José Luis Cisneros, Fotografía: Vicente Cuauhtonal Gallegos Meza

La violencia y el miedo en las sociedades contemporáneas

Tipos de miedo y de violencia

Hay miedos sociales, culturales, individuales que están marcados fundamentalmente por el contexto cultural de cada uno. Los escenarios sociales construyen diferenciadamente los miedos. Por ejemplo, el miedo que los sujetos urbanos sienten a las plagas, como las ratas, es un miedo no justificado cuando no se entiende la función que tienen estos animales, a diferencia de los habitantes de una ranchería para los cuales los ratones no producen ningún temor, ellos saben que hay que cuidarse de ellos porque a lo mejor se comen el maíz, pero nada más, se trata simplemente de alejarlos, pero no destruirlos, porque son necesarios para conservar el equilibrio.

Nosotros queremos devastarlos porque roen nuestros muebles, nuestros libros, pero además porque nos dan miedo; es una lógica diferente, no entendemos que nosotros hemos devastado su propio medio y lo mismo podemos pensar de las serpientes, de las arañas, de la fauna del agua, etc.

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“Muchos de nosotros vivimos cotidianamente la violencia, la practicamos, vivimos el miedo, la ansiedad por la inseguridad que nos causa, pero nunca hacemos nada.”— José Luis Cisneros

Son miedos diferentes y habría que comenzar a entender que el miedo es un constructo que tiene una referencia social, el miedo siempre es el resultado a un enfrentamiento con algo desconocido.

La violencia

Pla violencia tiene un sinfín de expresiones jerarquizadas también. Tanto el miedo como la violencia son conceptos polisémicos que no pueden definirse con certeza porque la certeza que se puede tener sobre cierta realidad no es la misma para todos. Con la violencia pasa algo similar, es equiparable al ejercicio de una práctica que se puede tener en condiciones culturales y en contextos sociales específicos. Los niños de la calle se golpean y se tratan con palabras altisonantes, y para ellos es una muestra de afecto, para otros eso es un acto de violencia.

La violencia que puede ser utilizada como un instrumento de práctica socializadora no es la misma que nosotros podemos entender en el patio del recreo de una escuela o en la práctica de una fiesta con nuestros amigos, es completamente diferente. Por eso es que el miedo y la violencia quizá compartan algo en común y ese algo en común es que ambos son conceptos polisémicos.